Señor director:
En esta carta que se suscita por los interesantes debates mantenidos acerca de la crisis del método clínico, se pretende abordar este problema desde otra arista y proporcionar criterios que ayuden a la mejor comprensión de que al hablar de la crisis del método clínico, nos estamos refiriendo a la crisis de los modos de actuación profesional del médico.
El diccionario de la lengua española de la Real Academia Española, define como crisis: momento de cambio considerable que sucede de pronto en una situación o en un proceso. 1 Vale preguntarse entonces ¿Se han sucedido cambios en el método clínico en la teoría y la práctica, desde que fue concebido como el método científico aplicado al problema de salud individual? y prosigue el diccionario al referirse a crisis, como proceso en el cual se suceden etapas. 1 ¿Se han modificado o sustituidas por otras algunas de las etapas del método clínico por resultar ineficientes o inadecuadas?
Al dar respuestas a estas interrogantes, no cabe duda de que el método clínico existe para ser utilizado por los que lo necesiten y son los médicos en su práctica asistencial y los profesores en el contexto de la enseñanza aprendizaje, los que no hacen un uso correcto del mismo, provocan crisis en los adecuados interrogatorios, examen físico, diagnóstico y pautas terapéuticas.
En el ámbito de la gestión del proceso docente educativo, hay que considerar que el objeto del egresado o de la profesión, comprende tanto los modos de actuación para resolver los problemas, es decir, la manera en que el egresado resuelve los problemas; como el objeto de trabajo, que es aquel en donde se manifiestan esos problemas.
Estos dos aspectos están interrelacionados dialécticamente y se condicionan de forma mutua, ya que sobre la base con qué trabaja el egresado, se precisa el tipo de actividad que desarrolla y viceversa; la contradicción entre el modo de actuación y el objeto de trabajo se resuelve en el objeto de la profesión. 2
En el caso del médico, el objeto del egresado, del profesional es el proceso salud enfermedad en el hombre, como objeto de trabajo: el paciente, la familia y la comunidad; y como modo de actuación: los métodos clínicos y epidemiológicos. 2,3
Una pregunta clave en esta reflexión es ¿conocen los profesionales de la medicina el método clínico como método científico de su profesión y la manera adecuada de aplicarlo? Si no es así, el problema radica entonces en la manera de enseñarlo y aprenderlo, en lo esencial en las formas de educación en el trabajo y en como los estudiantes lo aprenden en su quehacer diario y es, por lo tanto, en la educación de pregrado donde habría que replantearse estos aspectos, sin descuidar la enseñanza de posgrado en este sentido.
El método clínico no es más que la aplicación particular del método científico, (4 por lo que se hace necesario su manejo para lo cual se necesita una preparación previa, no basta la acumulación de conocimientos, sino la adecuada utilización de estos, así como la vinculación con la práctica. Es necesario precisar toda una serie de elementos, lo que redundará en un conocimiento más acabado, parte inseparable de la ciencia.
En toda ciencia aparecen los métodos mediante los cuales los sujetos se relacionan con el objeto y lo modifican, lo que permite dominar los conceptos, las leyes y los principios que caracterizan tanto al objeto, como a su movimiento.
En el caso de la educación médica se debe resaltar la condición de método de enseñanza, del método clínico, lo que significa que a través del mismo, en estrecho vínculo con el método científico general y regulando el nivel de profundidad (complejidad) del objeto de aprendizaje en cada una de las disciplinas y asignaturas de la profesión, el estudiante aplica y logra el dominio de los conocimientos y la sistematización necesaria de las habilidades profesionales requeridas para intervenir sobre su objeto de trabajo, dominando además la lógica de actuación de la profesión, el modo de actuación profesional. 5
De este modo los estudiantes deben asumir las etapas del método científico de la profesión, en este caso el método clínico como modo de actuación profesional, para acometer con éxito la solución a los problemas profesionales, permite que el estudiante adquiera los conocimientos, hábitos y habilidades, además de aprender a trabajar de forma concisa, coherente y lógica, sobre bases científicas.
Cuando el médico aplica el método clínico en la atención a un paciente, o sea sus modos de actuación profesional o manera de resolver los problemas, emplea sus conocimientos para la identificación del problema de salud al poner en juego variadas habilidades profesionales, investigativas, comunicativas y lógicas del pensamiento en función del diagnóstico. Como siguiente paso en la ejecución del método clínico, también aplica los conocimientos relativos al tratamiento de los problemas identificados y la rehabilitación. 5,6
De esta manera, con la utilización del método clínico como método de enseñanza, se evidencia que la lógica de la profesión se convierte en la lógica del proceso de formación del médico general. Todos estos aspectos, destacan de manera muy evidente, la trascendente y medular importancia que tiene el método clínico en la formación del profesional de la salud, pues todos los buenos principios y buenas prácticas de la atención médica al individuo, están muy dependientes de ellos. Este método interviene en la formación de importantes valores, científicos y humanos, que una vez bien incorporados, acompañarán al profesional a lo largo de su ejercicio profesional.
Cuando este proceso ocurre de forma adecuada desde los primeros años de la carrera, en los escenarios de salud donde el estudiante se desempeñará como futuro profesional y se sistematice y perfeccione su uso, los modos de actuación profesional serán coherentes con el método clínico en la correcta solución de los problemas de salud del individuo.
En tales condiciones se hace necesario recapacitar entonces: ¿por qué los profesionales conociendo el método clínico, no establecen una adecuada relación médico-paciente? ¿por qué acentúan más lo anecdótico que lo semiológico en el interrogatorio o lo realizan de manera parcial o incompleto, no realizan de forma correcta el examen físico, o éste se efectúa de forma inapropiada o incompleta, no se formulan hipótesis diagnósticas y se hace una selección inapropiada e indicación irracional de los exámenes paraclínicos de acuerdo a la hipótesis diagnóstica, al no reflejar en el expediente clínico del paciente los juicios establecidos en las diferentes fases del método clínico, ni comunica a colegas las experiencia obtenidas en el trabajo médico?
Por ello es imprescindible un control sistemático de la utilización del método clínico, que es el control de la calidad tanto de la actividad científica, docente como asistencial.
Es indiscutible que una de las etapas más difíciles y complejas del método clínico es la de diagnóstico, pues depende en gran medida de las anteriores, pues sin un adecuado interrogatorio que acorte la distancia entre el médico y el paciente, y un examen físico correcto en el que con nuestras manos seamos capaces de confirmar lo referido por el paciente y encontrar otras situaciones no referidas, no puede existir una correcta discusión diagnostica que conlleve a un diagnóstico acertado. 7
Una vez planteado el diagnóstico, es necesario apoyarse en la tecnología con sus resultados positivos o negativos para refutar o confirmar el diagnóstico presuntivo, de gran utilidad y que la han culpado también como la responsable de la tan aquejada crisis de este método. Y las dos, tanto la clínica como la tecnología son dialécticamente imprescindibles para la adecuada toma de decisiones. Lo importante no es negar la tecnología sino darle el lugar que le corresponde, por eso es necesario concientizar a los profesionales y aún más a los estudiantes, en su utilidad, que ven la tecnología como la única vía para hacer el diagnóstico, porque la clínica tiene que ser la guía del laboratorio y no este, el que guie la clínica. (8
Los fracasos en la solución de los problemas de salud del individuo ocurren cuando no se aplica de manera adecuada el método clínico y se genera así las crisis en el mantenimiento de las condiciones de salud de las personas.
A nuestro juicio, esta aproximación pudiera permitir un mejor entendimiento sobre la situación abordada, ya que posibilita tener un criterio unicista a la hora de referirse a método clínico y modos de actuación profesional del médico y comprender que al abordar la crisis de este método se están implicando los modos de actuación profesional, por lo que asumirlo como tal, enfocándolo en un sólo sentido permitirá resolver esta situación y reconocerá el papel de profesores, estudiantes y profesionales en el uso adecuado del método clínico
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1. Diccionario de la lengua española de la Real Academia Española (DRAE). 22a ed. Madrid:S.L.U. ESPASA libros;2001.p.89.
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2. Álvarez de Zayas C. Didáctica: La escuela en la Vida. 3ra ed. La Habana: Editorial Pueblo y Educación;2000.
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3. Salas Perea RS, Salas Mainegra A. Los modos de actuación profesional y su papel en la formación del médico. Rev EDUMECENTRO [Internet]. Ago 2014 [citado 13 Feb 2019];6(2):[aprox. 24p]. Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2077-28742014000200002&lng=es
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4. Ilizástigui Dupuy F, Rodríguez Rivera L. El método clínico. Medisur [Internet]. 2010 [citado 30 Sep 2017];8(5):[aprox. 9 p]. Disponible en: http://www.medisur.sld.cu/index.php/medisur/article/view/1311
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5. Corona Martínez LA, Fonseca Hernández M. El método clínico como método de enseñanza en la carrera de medicina. Medisur [ Internet] 2009 [ citado 30 Sep 2017]7(6): [ aprox. 3 p.] Disponible en: http://www.medisur.sld.cu/index.php/medisur/article/view/653
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6. Espinosa Brito AD. Medisur y el método clínico. Medisur [Internet]. 2017 [citado 23 Mar 2018];15(5):[aprox. 10 p.]. Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1727-897X2017000500002&nrm=iso
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7. Ilizástigui Dupuy F. El método clínico: muerte y resurrección. Rev Cubana Educ Med Super [Internet]. 2000 [citado 30 Sep 2017];14(2):[aprox. 11 p]. Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0864-214120000 00200001&lng=es&nrm=iso&tlng=es
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8. Ilizástegui Dupuy F, Rodríguez Rivera L. El método clínico. La Habana: Ministerio de Salud Pública;1989
- » Recibido: 27/08/2018
- » Aceptado: 26/11/2018